El Tren Maya es uno de los proyectos más ambiciosos de infraestructura y desarrollo del sureste mexicano. Su ruta recorre más de 1,500 kilómetros a través de cinco estados —Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo— enlazando pueblos originarios, zonas arqueológicas, destinos turísticos y comunidades que, hasta ahora, permanecían fuera de los principales corredores de transporte.
Diseñado para fortalecer la integración regional y fomentar el turismo sostenible, el Tren Maya combina transporte de pasajeros, carga y servicios turísticos. Su trazado permite redescubrir la riqueza natural, cultural e histórica del mundo maya a través de un recorrido que respeta y pone en valor la diversidad del territorio.
La estación Leona Vicario: un nuevo punto de encuentro
Ubicada en el municipio de Puerto Morelos, la estación Leona Vicario es una parada estratégica en el tramo Cancún–Mérida del Tren Maya. Desde allí, el Aeropuerto Internacional de Cancún se encuentra a solo unos 30 minutos, facilitando el traslado de residentes y turistas. Esta conexión no solo acerca a la comunidad a los principales destinos turísticos de la región, sino que también impulsa la economía local y mejora el acceso a zonas agrícolas cercanas. Además, desde esta estación es posible conectar fácilmente con rutas turísticas importantes como la Ruta de los Cenotes, la Ruta Puuc, Valladolid, Chichén Itzá y Mérida, enriqueciendo la experiencia de quienes visitan el sureste mexicano.
La estación está pensada como una puerta de entrada al corazón de la selva, donde el pasado chiclero, la vida comunitaria y las tradiciones mayas siguen latiendo. Su construcción, como en otras estaciones del tren, busca integrar elementos de diseño sustentable y materiales locales, armonizando con el entorno.
Un trayecto que transforma
Con el paso del Tren Maya por Leona Vicario, esta comunidad reafirma su lugar en el mapa del desarrollo del sureste. La conectividad con Cancún, Playa del Carmen, Tulum y otras regiones abre nuevas oportunidades para el turismo cultural y rural, y para una relación más equilibrada entre crecimiento y preservación.
El Tren Maya no solo une territorios: conecta historias, personas y paisajes. Y en cada estación, invita a descubrir el México profundo desde una nueva mirada.